jueves, 29 de abril de 2021

Se vende Mercedes Vito

 


Se vende Vito Mixta larga

con tres asientos delanteros

que permite llevar carga

y otra fila de pasajeros.

 

Su motor diésel apenas gasta

y va sobrado de caballos.

Así te ahorras una pasta

Pa`gastar en vino y callos.

 

Con la ITV recién pasada

y de un gris plata elegante

en 2005 fue matriculada

y tiene años por delante

 

Tantos kilómetros puedes rodar

como los que ya ha realizado

pues siendo un vehículo familiar

es amor lo que ha llevado.

 

Tiene leds en su parte trasera

que da buena iluminación

y segunda batería con enchufes

por si miras la televisión.

 

Una cama de 110 lleva instalada

y no es por falta de pasión

que solo para dormir es utilizada

conservando la amortiguación.

 

Su incalculable valor sentimental

sería imposible de pagar

pero en euros te la puedes llevar

por seis mil novecientos, nada más.



jueves, 8 de abril de 2021

El roce de tu piel

- Así que te gusta escribir. Pues escríbeme algo bonito –dijo ella, apartando el negro mechón que caía por su cara mientras lo pasaba por detrás de su oreja.

Él la miró, y tan sólo tuvo que dedicar dos escasos segundos para saber la totalidad de las palabras que le diría.

Un vaso de whisky, un hotel diferente
Es más que suficiente para pensar en ti
Una noche de mayo con el mar a mi lado
Es ya tarde y tus ojos siguen allí

- ¿Sabes lo que podría escribirte? Ven, acércate – respondió, reclinándose hacia atrás y apoyado su cara contra el respaldo del sofá para poder mirarla fijamente sin exponerse en su totalidad.

Cogiendo su  mano, la acompañó hasta que ella adoptó la postura simétrica respecto a la suya, con sus rostros separados por apenas un palmo.

Y es que son ideales para perderse en ellos
Y es que uno no aprende ni vivo ni muerto
Son la seis de la tarde, toco en frente del puerto
No consigo escaparte de mí ni olvidarme de ti

- Podría escribir muchas cosas bonitas solamente con el día de hoy. La puesta de sol de hace unas horas, el mar junto al que conducía mientras venía o, incluso, el delicioso arroz que has preparado con tanto amor. Pero no. Hoy no podría escribir nada mejor que lo que siento. ¿Quieres oírlo?

No contestó. Solo hizo falta un ligero parpadeo, un leve movimiento de labios, un asentir apenas imperceptible difuminado entre la escasa luz que entraba por el balcón para saber que deseaba oírlo, a pesar de ser tan inesperado como previsible. Él tan solo necesitó una inspiración para empezar a hablar.

Y es que no hay droga más dura
Que el amor sin medida
Y es que no hay droga más dura
Que el roce de tu piel

- Resulta que cuando escribo cualquier cosa utilizo mis manos, como cualquier otra persona. Pero ahora no voy a utilizar mis manos, ni siquiera mi mente, sino el corazón. Y lo que siento por ti, es que desde el primer día que te vi llegar me atrajiste con la fuerza de un planeta que girase alrededor mío. Y supe que ese día no iba a ser como cualquier otro, cuando maldije esa barrera laboral que se interpondría entre nosotros, mientras me repetía a mí mismo una y otra vez, que no me enamorase de la nueva cocinera con la que compartiría turno y avatares.

Sólo me di cuenta de la magnitud de ese sentimiento, de la fuerza con la que agarró en lo más profundo de mi ser, cuando al despedirnos esa noche sintiéndome totalmente cansado y agotado deseé que llegara ya la hora de simplemente volver a tener cerca tu presencia.

Y es que no hay nada mejor que tener tu sabor
Corriendo por mis venas
Y es que no hay nada mejor
Que el roce de tu piel

Pero el día siguiente no llegó, lo que llegó fue un colapso mundial que, entre otras cosas, paralizó la vida económica, dio lugar al cierre de la hostelería y con ello nuestro restaurante, lo que provocó el corte certero y súbito de mi deseo más profundo. De golpe y sin avisar.

Lo más doloroso no fue estar encerrados, y a decir verdad ni tan siguiera lo fue el estar separados. Lo que me mataba por dentro, el dolor que surgió como una punzada, leve al principio y más intensa después, fue el saber que tu situación distaba de ser la que merecías tener por culpa de tu ahora ya exmarido.

Y me siento desnudo enfrente del espejo
Esperando a que tú me digas el precio
No tengo muy claro si lo puedo pagar
Recojo mis cosas, nena, vuelvo a mi hogar

Bastaba con leer entre líneas lo que escribías para conocer lo que estabas pasando y ver que eran mensajes de socorro. El saberte atrapada entre esas paredes, la total impotencia ante cualquier grito, golpe o maltrato de ese malnacido solo era comparable a la dolorosa incerteza de no saber en qué momento se producían ni con qué frecuencia. No saber cómo te encontrarías en ese momento me quemaba por dentro, me hacía sentir una insoportable impotencia para evitarte ese sufrimiento y así es como pasaron los días, las semanas y los meses.

Cuando esa parte terminó, el alivio y la liberación más grande que sentí fue en relación a ti. Tu salida de esa casa, el comienzo de una nueva vida, el recomponerte y el volver a juntar todos los pedacitos de tu alma fueron como un renacer que visto tan de cerca como espectador privilegiado sentí como propio, y que me llevó a compartir heridas y cicatrices como si de un solo cuerpo se tratase. Por eso sé cómo te sientes, y sé lo que te cuesta empezar a confiar de nuevo, a querer compartir, y a estar con alguien. Pero lo que quiero decirte es que, pase lo que pase, me tienes. Ya me tienes.

Nuestros corazones laten a la vez
¿Quién soy yo sin ti?, ¿quién eres tú, quién?
El ritmo de la noche viste mi canción
Mejor cojo mis cosas, nena, mejor me voy

Ella tan solo asintió certera, tan aliviada como si las palabras que acababa de oír se las hubiera repetido a sí misma.

- ¿Y sabes lo que más me gusta de ti? – Dijo sin esperar respuesta- Lo que más me gusta de ti es como me haces sentir cuando estoy a tu lado. Me haces sentir que estoy en el lugar correcto. Me haces sentir que no necesito más, y olvidar el tiempo. Me gusta que seas luchadora, tenaz, imparable, una súper mamá que no podría hacer mejor su labor, de la misma manera que serias la mejor mujer del mundo aunque ningún hombre haya estado nunca a tu altura para comprobarlo.

Y es que no hay droga más dura
Que el amor sin medida
Y es que no hay droga más dura
Que el roce de tu piel

Y aunque ahora no estés preparada para ello, quiero que sepas que me gustas tanto y de una manera tan especial que solo quiero que seas feliz, con o sin mí. Me gustaría que fuera conmigo, pero si eso nunca llega a pasar, seguiré persiguiendo tu felicidad y haciendo todo lo posible para que así sea para ti y para tu hijo, quien no podría tener amigo más fiel ni nadie que luche cada día por hacerse merecedor de esa labor. Por cierto, ¿estás bien?

- Si, como no estarlo con lo que me acabas de soltar. Ahora tengo que integrarlo y pensar en ello, y nada como hacerlo descansada. ¿Nos vamos a dormir?

- Es tarde, claro que sí. Voy a coger una manta y vuelvo al sofá, gracias por dejar que me quede esta noche.

Hoy lucho y pierdo el sentido
Por dormir esta noche en tus brazos
Hoy se perdió el equilibrio
Y la balanza cayó de tu lado, mi amor

Se levantaron y él la siguió por el pasillo, hasta llegar a la altura del dormitorio y el baño, donde sus cuerpos se bifurcaban. Ella se detuvo de repente, y tras unos segundos de incertidumbre se giró para, como una sombra furtiva y clandestina, erguirse y darle un beso más cargado de sentimiento que de vergüenza. Ese tipo de beso que hace que el mundo deje de girar y que te hace sentir que ese momento es un punto de inflexión que hará que todo sea diferente.

Y cuando los volvieron a confinar, esta vez se alegraron de poder hacerlo juntos.


lunes, 5 de abril de 2021

Escribir

Escribiendo puedo conocer a las personas. 

Leer sus miradas, conocer sus almas y saber lo que sienten, sus miedos y sus problemas. Y entonces lo escribo.

Escribir sirve para ayudar.

viernes, 2 de abril de 2021

Lápiz y tinta

Languidece la tarde, y la ciudad se destiñe en una gama de claroscuros que va difuminando el contorno de los edificios. De tanto en tanto el vuelo de las gaviotas recuerda que se trata de una villa marinera bañada por ese mar que se puede apreciar al final de la calle, tan presente y desafiante como siempre ha sido a lo largo de los siglos.

Tela, cinta, otra vez a empezar.
lápiz, tinta, y al paisaje a robar.
y al placer de reencontrar
el limbo de un tiempo que se nos va.

El ocre de los terrados se resiste a desaparecer sin más en la oscuridad, mientras en el balcón las cortinas oscilan bajo la brisa siguiendo un ritmo desacompasado con la melodía que suena, una tras otra. Es un viento tan salado como los pensamientos que solo se sienten en esos etéreos instantes que no pertenecen al día ni a la noche.

Libro, nube, ese es mi descanso.
árbol, fuente, cada vez que despierto.
ser durmiente. en la espuma de un antojo camuflarse.
para completa inocencia,
en las calderas del sueño divagar.

En la habitación, dos mujeres y un hombre se dejan llevar por ese ambiente mezcla de exaltación y paz a partes iguales, aun sin ser conscientes de la totalidad de sus sentidos mientras son envueltos por una música que hace de perfecto hilo conductor al transportar sensaciones y pensamientos con la ayuda de una luz cada vez más tenue que llega con el ocaso.

Que los días se van, río son.
ahora quiero sentir, caminar.
ahora quiero pintar, percibir
el color de esa flor que se marchitará.

Tumbada a lo largo  del sofá, Mia dormita sintiéndose traspasada por esa misma brisa vaporosa que la mece y le hace exhalar libertad, a medio camino entre la ensoñación y una onírica realidad. Sentados a la mesa, Roberto apoya un brazo sobre la misma observando el exterior, sintiendo que tan sólo cerrar los ojos podría congelar este instante y detener el tiempo que ya parece no discurrir, mientras Martina observa a su vez a sus compañeros de juego, de vida y de sueños, tratando de sincronizar con ellos esa sensación de caos armónico que caracteriza sus encuentros.

Pinto, verdes parajes de belleza desolada,
vivo lo efímero y su valor.
bebo, apuro desperdicios de mi vida,
me recojo en la templanza de la tregua que me da
la anestesia del recuerdo.

En el techo, un nacarado ventilador hace girar unas aspas que cortan lentamente el aire con una efectividad más hipnótica que precisa, mientras que los muebles, también blancos y de inspiración marinera, se matizan con la luz anaranjada que es transportada por el crepúsculo de un sol que ya se esconde entre los edificios mientras va conformando una línea irregular y angulosa, rota en determinado lugar por alguna cubierta que sin complejos se cuela para desafiar a las sombras y destacar bajo las nubes.

Que los días se van, río son,
ahora quiero sentir, caminar,
ahora quiero pintar, percibir
el verano fugaz que ya se nos va.
Lápiz, tinta, y al placer de reencontrar.

- ¿Sabes lo que más me gusta? -dijo él.
- ¿Que? -respondió Mia, en nombre de las dos.
- Lo mejor de esta puesta de sol es que la tienes puntual cada día.
- Y desde algunos sitios como este es única y especial - contestó Martina-. Como somos nosotros, como es éste momento. 

Ángel exterminador

  Mitya apenas recordaba el momento exacto en el cual, unos meses atrás, su jefe le dijo que toda la unidad viajaría a Bielorrusia a unas g...