Muchos no lo
recordarán, o ni siquiera lo habrán vivido. Pero antes de la regulación del
aborto, una de las opciones ante un embarazo era el clásico viaje a Londres
para las que se lo podían permitir, pues las menos afortunadas a veces no
tenían otra opción que utilizar otras alternativas más arriesgadas, insalubres
y oscuras.
Entonces llegó
la regulación. Y puedes estar a favor o en contra del aborto, pero al menos
existe la posibilidad en caso necesario y además a nadie se le obliga a
realizarlo si no lo desea. Algo similar ocurre con la maternidad subrogada, y
como en el caso del aborto es necesaria una regulación por varios motivos.
El primer
motivo es precisamente para asegurar las condiciones en las cuales se lleva a
cabo. Ofrecer garantías y condiciones tanto en el acuerdo de subrogación como
en la gestación y en el momento del parto, así como el reconocimiento de los
padres intencionales como los padres legales del niño aun antes de su
nacimiento. Así, la regulación ofrecería un marco de seguridad ante las
problemáticas de tipo técnico pero también de tipo social, ético y legal,
evitando a la vez la discriminación de aquellas personas que no se pueden
costear el tratamiento fuera de nuestras fronteras y atajando el flujo de
familias hacia países donde no se garantizan con claridad los derechos de las
mujeres gestantes.
.
En segundo
lugar, la regulación impediría que se comercialice con algo tan delicado y
personal como es la maternidad y la reproducción. Dejaría así de responder a
ese criticado y erróneo concepto de "vientre de alquiler" tan alejado
del que tendría que ser el verdadero propósito de la maternidad subrogada, haciendo
así que esta práctica sea simplemente la oportunidad de poder realizar el sueño
de formar una familia.
Y por último
pero no por ello menos importante, una razón que por sí misma ya justifica toda
una regulación: es necesaria sobre todo para proteger los derechos de los niños
fruto de esta maternidad. Estos niños no son "ilegales" y la
normalización reforzaría el respeto de sus derechos como cualquier otro niño
incluyendo su acceso al registro civil y el de conocer su origen biológico, además
de la prevención de otros efectos secundarios no menos importantes como el
bullying.
Previamente a esta regulación, como sociedad hemos de reflexionar y debatir en torno a este tema que -por las implicaciones que presenta- no deja de ser controvertido y delicado.
Previamente a esta regulación, como sociedad hemos de reflexionar y debatir en torno a este tema que -por las implicaciones que presenta- no deja de ser controvertido y delicado.
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